El colector RMR, el proyecto clave para ríos limpios y una Ciudad de Guatemala más sostenible
La historia que nace en los ríos
Durante décadas, los ríos que cruzan la Ciudad de Guatemala, como Las Vacas, Negro y Chinautla, han sido testigos del crecimiento urbano. A medida que la ciudad se expandía, también aumentaba la presión sobre sus cauces naturales, que comenzaron a recibir aguas residuales y pluviales.
Este es un desafío a gran escala. Cada invierno, las lluvias arrastran desechos hacia el río Motagua, uno de los sistemas hídricos más importantes de Centroamérica, que cruza 14 departamentos y 96 municipios antes de llegar al mar Caribe.
Frente a este desafío regional nació una visión compartida. La Municipalidad de Guatemala impulsa el Proyecto RMR (Reforma–Mariscal–Roosevelt), una de las obras clave dentro del Plan Maestro de Saneamiento de la Ciudad de Guatemala, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y EMPAGUA.

Un proyecto bajo la ciudad
El Proyecto RMR busca redirigir las aguas sanitarias y pluviales que actualmente desembocan a un costado del Sitio de Disposición Final, en la zona 3. Para lograrlo, se construirá un colector tipo bóveda de concreto de más de seis metros de diámetro y mil quinientos metros de longitud. Será una estructura monumental que recorrerá las zonas 11, 7 y 3, con aportes también en las zonas 8 y 9, con 4.5 metros de diámetro y un caudal sanitario de 3.40 m³/s y un caudal pluvial de 79m³/s.
Este colector evitará el arrastre de desechos sólidos hacia los barrancos, el río Chinautla y la cuenca del Motagua, previniendo la contaminación que ha afectado tanto a Guatemala como a los países vecinos.
Su impacto va más allá de la ingeniería. Significa proteger la salud de los vecinos, los ecosistemas y la imagen ambiental de Guatemala ante la región.

Construcción por fases, con visión de futuro
El proyecto forma parte de un programa integral estimado en US$1,000 millones, que será ejecutado por fases constructivas planificadas con altos estándares de calidad, priorizando la cuenca del río Motagua como eje ambiental.
La empresa CONGUSA fue adjudicada para ejecutar los trabajos con un contrato de Q199 millones, financiado por el Gobierno de Guatemala a través del Fondo Social de Solidaridad (FSS). Este contrato representa un paso clave dentro de la Fase 1 del Programa de Saneamiento Ambiental del Área Metropolitana de Guatemala (AMCG).
Actualmente, el proyecto avanza en su ruta técnica y administrativa, con la pendiente resolución del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH), la aprobación final de los documentos técnicos por las entidades involucradas y un inicio de obras programado para el 15 de octubre de 2025, con un presupuesto asignado de Q20 millones.



Alianza por el Motagua
El Colector RMR no es una obra aislada, pues forma parte de una red de esfuerzos nacionales e internacionales que buscan recuperar el equilibrio ecológico de la cuenca del río Motagua. También incluye la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Norte (PTAR Norte), ubicada en el área de Chinautla, administrada por EMPAGUA.
De esta manera, el RMR será la base de un sistema integral de saneamiento que reducirá drásticamente la descarga de aguas sin tratamiento al río Las Vacas. Ambos proyectos conforman el núcleo del Programa de Saneamiento Ambiental del Área Metropolitana de Guatemala (AMCG, Fase 1).
Estas acciones son parte de una alianza estratégica con el BID y el Programa de Gestión Ambiental en la Cuenca del Motagua, la cual promueve proyectos con impacto directo en la salud, el ambiente y la calidad de vida de los vecinos.


Nuestra ciudad piensa en el mañana
El saneamiento es más que una obra de ingeniería; representa una promesa de futuro que transformará la historia del manejo hídrico de la ciudad.
Cuando el Colector RMR esté en funcionamiento, más de 991,000 habitantes se beneficiarán directamente con una infraestructura moderna, segura y ambientalmente responsable.
Debajo de las calles, avenidas y barrios que todos conocemos, se construye una estructura que permitirá dejar atrás los desafíos ambientales y abrir paso a una ciudad resiliente, verde y sostenible, que avanza e inspira.